PRINCIPIOS

Mi filosofía de trabajo se basa en la “atención personalizada”, apostando por una relación de confianza basada en la profesionalidad, el conocimiento y en tres principios básicos: integridad, honestidad y responsabilidad. Todo ello con el fin de ofrecer a mis clientes servicio, eficacia y resultados.

La responsabilidad y la transparencia constituyen los principios inspiradores de mi despacho y de mi forma de trabajar. En esta web no encontrará “caras sin nombre” ni “nombres sin cara”: mi foto, mi identidad, mi número de colegiado y la dirección del despacho se repiten reiteradamente en la web. Las condiciones del encargo y los honorarios quedarán reflejados en una “hoja de encargo” facilitándose copia de la misma al cliente. Después de haber firmado, el cliente dispondrá de un periodo de reflexión de 10 días para revisar y anular el contrato sin compromiso alguno si así lo decidiese.

Dispongo de un Seguro de Responsabilidad Civil Profesional que garantiza que ante cualquier incidencia involuntaria que pudiera frustrar la reclamación (por ejemplo, un fallo informático, enfermedad o accidente del abogado, etc.) el cliente no quedaría desamparado y sería resarcido. Junto a la “hoja de encargo” se adjuntará documento acreditativo de la vigencia del seguro, en cumplimiento de la política de transparencia que rige la actuación del despacho.

A diferencia de otros despachos o abogados de renombre, gestiono personalmente los asuntos que mis clientes me encomiendan: no delego los casos en administrativos, pasantes, becarios u otros compañeros. Ello implica que sólo pueda llevar un reducido número de casos, seleccionando aquellos en los que considere que mi ayuda es más necesaria y útil para las víctimas.

El kaizen (o mejora continua) forma parte de mi filosofía de trabajo. Reviso periódicamente el protocolo de actuación incorporando a mi labor diaria aquellas mejoras que proporciona la experiencia del día a día. Las sugerencias y aportaciones de los clientes constituyen parte importante en este proceso.